Propósito, construido

Reed Keahey, Operator-Pilot | Keahey Flying Service, Columbia LA | AT-402B

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Reed Keahey heredó el asiento de su padre.

Hoy en día está trazando su propio camino en la industria.

Durante su crecimiento, vió a su padre y a su abuelo volar por los grandes campos cerca de Columbia, Louisiana. Pero Reed Keahey nunca le dio mucho lugar a la profesión – mucho menos de lo que significa ser piloto por legado.

“No sabía si realmente quería empezar a realizar vuelos agrícolas. Sabía que tenía pasión por volar, había volado muchas horas. Y, eventualmente, llegó el punto en el cual decidí que haría del vuelo agrícola mi profesión,” dice Reed.

“Sólo caí enamorado y supe que era lo que tenía que hacer.”

Todavía siente un tinte de la emoción juvenil, cada vez que ingresa a la cabina. Pero luego de años de volar para la operación, sabe que actuar dia a dia, cada semana, cada temporada de manera confiable y con un propósito es lo que significa ser un piloto agrícola. Y por eso él confía en un equipo confiable y construido especialmente. Su Air Tractor AT-402B.


Pagando tus deudas

Ser un piloto de tercera generación y un operador agrícola no significa que tenga un asiento en la cabina garantizado. Así no es como los Keaheys hacen las cosas.

“Definitivamente tengo que pagar mis deudas,” Reed recuerda. “Trabajé aquí mezclando, cargando y lavando aviones”. Iba a cualquier pista satélite para ayudar en lo que hacía falta. Luego trabajé en juntar horas de vuelo mientras estaba en la Universidad.”

Eventualmente, Reed comenzó a trabajar tiempo completo para su padre, Drew, en la operación agrícola familiar, Keahey Flying Services. Desde su primer avión, Reed comenzó luego a volar un poderoso Cessna 180 con el objetivo de mejorar sus habilidades de vuelo. 

“Sume horas en el para familiarizarme más con aviones de alta performance y así sumé 200 horas. Trabajé para estar listo para volar el Air Tractor.” Hoy en día vuela un AT-402B para tratar cultivos de algodón, soja, maíz, arroz y milo en los campos cercanos a su base de operación.

“Mi padre compró un AT-402B. Luego su trabajo en acres comenzó a incrementar, por eso cambió a un 502 y a un 602. Ocasionalmente pedía prestado un 802 para ciertas aplicaciones. Operaba varias aeronaves, dos o tres al mismo tiempo a principios de los 90.”

A mediado de los 90, los Keaheys cambiaron el foco para ser una operación de un solo avión con el AT-402B como principal actor- combinando el poder y la confiabilidad de una turbina junto a las ventajas económicas que conlleva. Todo se suma a un resultado final más saludable para el negocio.


Más que sólo un avión

Pero el brillante avión amarillo es más que un caballo de trabajo diario. Significa algo. Es un sinónimo de la familia Keahey y su empresa en esta parte de Luisiana. 

“Todos ven el avión amarillo,” dice Reed. “Tienes que asegurarte de representar a la industria de buena manera en tu avión. Aunque tal vez no te conozcan, conocen el avión y conocen la industria. No estás solo representandote a vos mismo. Estás representando a toda la comunidad de profesionales de la aviación agrícolas quienes aman y dan todo por su trabajo.”


Con visión y propósito

Reed trabaja para muchos granjeros que trabajan en conjunto con su familia por décadas.

“Es reconfortante. Despegar luego del amanecer, viendo el sol salir, volar todo el día mirando el paisaje alrededor mío. Nunca envejece. Viendo diferentes etapas de los cultivos a medida que maduran. Y ver el atardecer al final del día. Trabajas todo un largo día y llegas a tu casa y se lo cuentas a tu familia.”

Con sus tierras ricas, la región siempre ha tenido un montón de trabajo para los operadores.

“Columbia es una pequeña gema en el río. Tenemos agricultura y la industria de la madera es grande también.  Es una pequeña pero gran comunidad ubicada alrededor de una pequeña parte del río Quachita,” dice Red. 

Pero lo que fue una vez una pequeña ciudad agricultora está creciendo y cambiando. Buscando un lugar más relajado y pacífico lugar para vivir, muchas familias se están mudando desde zonas urbanas a nuevas subdivisiones de viviendas que brotan junto a los campos de algodón o soja. Y tienen diferentes relaciones con estos campos. Esto representa un nuevo desafío para los que están trabajando las tierras. Hoy en día, alguien manejando en la ruta al costado de una granja puede ver humo saliendo de un avión a baja altura, asustarse y llamar a las autoridades.

“La gente necesita entender que ninguno de los pilotos están allí afuera para lastimar a nadie de manera alguna. Pueden estar volando detrás de su nueva casa, la cual está construida cerca de un campo de soja.” dice Reed. Los granjeros no pueden dejar de producir sólo porque gente se ha mudado cerca. Toda la mecanización que acompaña a la agricultura de alto rendimiento continúa igual.

“Nos aseguramos de estar haciendo las cosas bien para todos. Para los vecinos, para el granjero, y para la gente en la ruta. Algunos pensaran que somos un grupo de locos y salvajes en un avión, pero estamos entrenados para fumigar. Sólo estamos tratando de ayudar a nuestros clientes a tener cultivos exitosos.”

Esa ha sido la misión de Keahey Flying Services durante las dos últimas generaciones, y sigue siendo la misión de hoy en día.


Dibujando su propio camino

Aunque Reed heredó su asiento de su padre, él ha dibujado su propio camino en la industria. Sin embargo, se basa en los valores y principios transmitidos por aquellos que vinieron antes que él.

El admira a Grant Lane, Pat Kornegay y Scotty Meador, conocidos de su padre a quien llegó a conocer. “Hablar con ellos, recibir consejos y tan sólo ver cómo se manejan me daban ganas de aprender y mejorar.”

Aunque no hace falta nacer en la industria para trabajar en ella.

“Mi consejo sería que disfruten de lo que están haciendo ahora, porque están en un avión volando y divirtiéndose. Hay que absorber ese momento.”

Nunca pierdan de vista su objetivo.

“Para subirse a un avión agrícola busquen una operación que los pueda contratar como mezclador-carguero u otro trabajo en tierra, “Reed recomienda. “Pero también háganles saber que están dispuestos a realizar una carrera en la aviación agrícola. Y luego pueden enseñarte o guiarte hacia el camino correcto. Vean que ofrecen las escuelas de vuelo. Buscaron en su escuela de vuelo?. Disfruten volar y poco a poco trabajen en sus objetivos.


Llegando a casa a salvo

Una leccion que aprendió Reed luego de estar tantos años en la cabina es que el trabajo de aplicador aéreo exige las mejores habilidades y la atención constante de un piloto. Cuando vuelas a 12 pies sobre el suelo, es un trabajo que se debe hacer bien o no hacerse.

“Me subo al avion. Voy con mi rutina, resetear el combustible y hacer mi procedimiento de puesta en marcha. Conozco los switches. Tengo que recorrer todos ellos. Y una de las cosas principales que hago antes de despegar… es rezar,” dice Reed.

“Necesitas confiar en la aeronave que estas volando. No puedes ser engreido. Tengo siempre eso presente. Y le digo a mi esposa que mi misión principal es volver a casa cada día.”

No importa la demanda de trabajo, si hay alguna duda Reed ajustará o reprogramará la agenda de ser necesario.

“Escuchen a su avión pero al mismo tiempo recuerden que tienen familia y gente que los aman y los quieren volver a ver. Querrán continuar el legado de ser un piloto seguro.”

A pesar de las limitaciones de tiempo o las cargas de trabajo que pueden acumularse, no olviden el privilegio de tener este trabajo.

“Pero no dejes que te arruine pasar un buen rato haciendo este trabajo porque es un trabajo súper divertido y simplemente lo disfrutas todos los días”.


Mirando al cielo

Reed se ha ganado el derecho a disfrutar de su trabajo. Lo ha hecho bien por sí mismo, por su padre y su abuelo, y por toda la industria.

Mi viejo instructor dijo que tenía avgas corriendo por mis venas. He crecido viendo a mi papá volar durante muchos años. Yo siempre lo admiraba. A veces le digo: ‘Sabes, prefiero verte a ti antes que ver volar a los Blue Angels porque parece más emocionante’. Son emocionantes. Pero solo observando a mi papá volar y saber que está ahí arriba … Después de que tuve a mi hijo, lo vi crecer y darme cuenta de que me está viendo hacer lo mismo … Eso es especial “, dice Reed.

“Como piloto, sabes que alguien te está admirando, no sólo literalmente, sino que mientras estás volando, alguien que piensa que has trabajado muy duro y te has ganado esto”.

Reed se ganó ese respeto por sí mismo, persiguiendo una visión, un propósito, mientras honraba el legado.