Puede hacerlo

Lathan Busby, Pilot | E&M Flying Service, Holy Grove AR | AT-802A

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Habiendo aprendido sobre el negocio desde cero, Lathan Busby hace su trabajo con una buena dosis de pragmatismo y amor.

En la zona rural de Arkansas, algunos dirán que las posibilidades de carrera son limitadas. Pero para otros, el cielo es el límite.

“Habiendo crecido en una comunidad de granjeros, no tienes muchas opciones para elegir que hacer como trabajo. ¿Pero conoces el amor de un niño por un avión? Es el sueño de todos los niños volar uno. Tuve la suficiente suerte de que ese sueño se haya cumplido,” dice el piloto agrícola Lathan Busby.

Lethan pasó de trabajar como carguero a piloto de un AT-802A  – El avión agrícola más poderoso y productivo. Hoy en día, Lethan vuela para E&M Flying Service en Holly Grove, Arkansas. Holly Grove es una ciudad tranquila en las tierras bajas de Arkansas Delta, situada entre cultivos y árboles de madera dura a un par de millas del serpenteante río White.  E&M Flying Service fumiga una significante parte de acres en el área, incluyendo arroz, soja, maíz, algodón y trigo. Con su poderosa carga útil de 9,495 lb y una tobera de 800 galones, el AT-802  es el avión indicado para la llanura del Mississippi. Y Lathan es el piloto indicado para ese asiento. 


Ganando sus alas

En su juventud, Lathan no tuvo que ir demasiado lejos para encontrar a quienes amaban los aviones agrícolas de igual manera que él lo hacía.

“Había empresas de servicios agroaereos cruzando la calle de mi casa. Trabajaba allí durante los veranos,” recuerda “Tu decides que quieres hacer en tu vida y que harás por vos mismo. La aviación agrícola fue algo que siempre estuvo en mi corazón.” 

Ahora, con varios años de experiencia en la aviación agrícola, Lethan aún asiente con un gesto de aprecio al hombre que lo ayudó a ingresar al negocio.

“Tener un buen mentor es lo más importante,” dice.

El suyo fue Gary Michaelis. “Racer es como lo llamamos. De Racer’s AG Service.” 

“Racer fue como mi segundo padre. El me introdujo” dice afectuosamente. 

Lethan trabajó con la tripulación en tierra por muchos años, aprendiendo sobre el trabajo duro, la agricultura, manteniéndose a una distancia segura de las hélices, y sudando durante largos días en plena temporada de fumigación. Y sobre todo mirando, siempre mirando y escuchando a los pilotos.

“Y luego un día Racer empezó a involucrarme. Me mostró cómo poner en marcha el avión. Cómo chequear el nivel de aceite, y como chequear un avion con turbina. Un día lo puso en marcha, y me dejo rodarlo por la pista,” recuerda.


Construyendo sobre una base firme

Pero volar el avión no es tan fácil o directo como el pequeño Lethan pensó que sería.

“El motor es la mitad del avión. Racer siempre me decía, ‘Es como prender una estufa a gas. Asegurate de que los ignitores estén activos antes de enviar combustible. Si no, tendrás un gran estruendo.’ Con un (Cessna) 182 o algo parecido, tienes poder instantáneo en el mismo momento que se activa el acelerador. Pero con un avion con turbina, tienes un retraso. Aplicas acelerador y tarda unos segundos en responder. Eso fue algo a lo que tuve que ajustarme.”

Gracias a Racer y otros pilotos agrícolas en el área, no faltaron hombres dispuestos a mostrarle las cuerdas del negocio de fumigación aérea.

“Me beneficié de los pilotos agrícolas del área. El hermano de Racer, Stacy es el que me enseñó a volar. Me sentaba en el asiento trasero de un (Aviat) Husky y me enseñaba a hacer virajes de fumigación,” dice.

Lethan se mantiene cerca de este gran grupo de pilotos agrícolas. Hoy en día trabaja en E&M Flying Service copropiedad del amigo de Racer Randy Everett. 

“Racer y Randy eran grandes amigos para mi. Tenían tres aviones y dos pilotos, necesitaban un tercero. Entonces, me trajeron para que los ayude y nunca más me fui,” dice Lethan.


Lecciones aprendidas, lecciones compartidas.

En todos estos años que Lathan lleva volando, recuerda las lecciones que tuvo que aprender, algunas fáciles, otras no tanto.

“Si eres alguien joven que quiere comenzar en el negocio, no actúes como si supieras todo o puedas volar lo que sea. Asegúrate de escuchar lo que la gente te dice porque ellos saben de sus experiencias,” aconseja Lathan.

Lathan está convencido de que ser piloto agrícola es un trabajo complejo, mucho más que sólo controlar el comando y los pedales. Eres contratado para proteger los cultivos de alguien más – un esfuerzo de toda una temporada, meses de trabajo duro y miles de dólares en juego.  Todo esto mientras también eres responsable de hacer dinero en un avión de un millón de dólares el cuál es tu herramienta de trabajo y la inversiòn más grande de tu jefe. Y como es un avión de un solo asiento, no hay nadie mas que tu para cuidar tu propio cuello. Si las condiciones meteorológicas no son las indicadas, si tu avión no puede operar por falta de mantenimiento, tendrás granjeros enojados en tu espalda. Pero si no escuchas a tu avión, y sigues volando, podrías encontrarte en un mundo de problemas. Todo viene con el trabajo.

Es por eso que la aviación agrícola no es un trabajo que todos puedan hacer, o estén dispuestos a hacer. E incluso entre aquellos que eligen la profesión, hay quienes no tienen lo necesario para hacerlo bien.

“Hay muchas cosas sucediendo en una cabina y los alrededores. Puede ser bastante abrumador. Sabes que estás volando a 160 millas por hora a través de campos. Si no estás dispuesto a ello, no deberías estar allí.”

“Miras atrás y ves a los que han comenzado contigo y que ya no están. Te hace pensar si aún quieres hacer esto,” dice el padre de una pequeña niña.


Parte de una gran historia

Lethan todavía cree que la aplicación aérea, y el rol que él tiene en ella. Es importante y no solo para los que cultivan, sino también para las grandes comunidades que producen y ponen la comida en las mesas del país.  

“Aunque la comunidad no lo sepa, nuestro rol juega una gran parte en lo que hacen y lo que hay alrededor de ellos. Todos dependen de todos, independientemente de si se sienten de esa manera o no. Yo dependo de un granjero. Ellos dependen de nosotros y de las compañías que hacen los químicos.”

Sin embargo, como han experimentado muchos pilotos agrícolas, puedes encontrarte rápidamente a la defensiva. 

“Solo porque sales y largas un poco de humo para saber la dirección en la cual sopla el viento, el cual pasa cerca de un auto y ya piensan que les has hecho algo malo a ellos. Piensan que los fumigaste. Hay tanta gente que no entiende lo que hacemos para vivir o en qué consiste,” dice Lethan. Aún hay mucha gente que cree que los pilotos agrícolas somos vaqueros del cielo sin reglas.

“Tenemos una mala reputación que hemos ganado un día sin motivo alguno. Los fumigadores somos conocidos por nuestro gusto a divertirnos. Y lo hacemos cuando llega el momento. Pero cuando no es el momento, somos serios y nos ocupamos de nuestro trabajo ”, dice Lathan.

En la aviación agrícola moderna no hay espacio para payasadas. Las compañías de seguro no asegurarán a un piloto con un historial de imprudencias. Los aviones agrícolas son máquinas de alta tecnología, diseñadas con precisión. Los pilotos no vuelan Air Tractor sin previamente haber invertido miles de dólares en horas de vuelo, entrenamiento, licencias y habilitaciones. Estando involucrado en la Asociación de Aviación de Arkansas es como Lethan ayuda a la industria y refleja su profesionalismo. “Avanza si quieres ver un cambio para mejor,” dice.

“Hay mucha gente quejándose sobre muchas cosas, pero si no estás involucrado en esas cosas no deberías recibir quejas al respecto.”


Haciendo el trabajo

Es bastante simple. Tanto en el suelo como en el aire, si quieres mantenerte a ti y a tu avión salvo, cada acción debe ser deliberada y calculada. Cuando se trata de aviación agrícola, Lethan ha vivido cada capítulo, realizó todas las tareas posibles en el hangar y en la rampa. Y no hubiera llegado de otra manera.

“Creo que la mejor rutina que puedes realizar es cuidar de ti mismo — descansar bien, levantarte a la misma hora sin importar si hay trabajo que hacer o no, es importante. Intenta realizar la misma rutina así tu cabeza se encuentra siempre concentrada y te sientes nivelado.”

Esta experiencia le provee a Lethan el combustible y la concentración necesaria para realizar el trabajo campaña tras campaña.

Él sonríe, “No voy a mentirles, no lo amo todo el tiempo. Pero en las primaveras de cada año, cuando no he estado en el avión por un tiempo y el mismo está andando bien, me recuerda porque amo este trabajo,” dice Lethan.

Con esa dosis saludable de pragmatismo, Lathan vuelve a la cabina. Hay un trabajo por hacer.